Curioso lo que sucedió ayer jueves. El banco central de Suiza había optado por mantener una paridad estable con el Euro (los anglosajones lo llaman PEG), durante los últimos 3 años. Cuando todo el planeta dudaba sobre la continuidad del euro, en el año 2011, el franco suizo empezó a revaluarse de una manera desproporcionada. Los capitales volaban hacia allá, a toda velocidad, buscando refugio en una divisa y un país históricamente estables. El estrés provocado en Suiza por esta apreciación era enorme (pérdida de competitividad…), así que se opta por emitir francos y comprar euros en la cuantía necesaria para establecer un tipo de cambio fijo con el euro. Desde entonces, y con la progresiva estabilidad del euro (ya comentamos en pasados posts, que llegó a resultar absurda la fortaleza del euro en una economía abocada a la deflación), el banco suizo dormía tranquilo. Su economía y su divisa se mantenían estables, de la mano de la eurozona y su potente divisa. En el fondo estaban soñando con una paridad fija con su añorado marco: potente y estable. Pero, de repente (desde septiembre pasado), la situación de debilidad de Europa y su riesgo de deflación llevan, por fin, al BCE a iniciar una política monetaria que inexorablemente debilita el euro (y lo que queda…). En el fondo, el euro dejaba de parecerse al marco, para parecerse cada vez más a la lira o a la peseta. “Debe ser por estar en manos de un italiano”… pensará más de un centroeuropeo. Es entonces (ayer) cuando Suiza vuelve a sus orígenes. Rompe la paridad, revalúa su divisa en casi un 20% y se libera de la, ahora desagradable, “relación íntima” mantenida con el euro. ¿Cuál es la moraleja de esta historia? Pues que Suiza y su divisa, y Alemania y la suya, siempre han ido de la mano. Y los suizos, ahora, han decidido romper con nuestro euro, porque nos les gusta lo que se está haciendo desde septiembre (como no le gusta a una parte relevante de los economistas y políticos alemanes). Un claro “suizexit”. Si trasladamos esta decisión al ámbito del euro, por paralelismo… ¿quién tendría sentido que lo abandonara primero? Ustedes mismos. Puede haber sorpresas.